jueves, 26 de enero de 2012

La Motivación

Necesitamos una motivación, suficientemente fuerte para que nos sirva a lo largo de todo este proceso. ¿Qué nos ha hecho empezar este cambio? ¿Ha sido como en mi caso una foto? ¿Tenemos una boda y queremos que nos valga un traje que tenemos arrinconado en el armario? ¿Pensamos en el bikini que nos gustaría ponernos este verano? A mi me vale todo, cualquier motivación, por pequeña que sea sirve porque a medida que pase el tiempo irá cobrando importancia.
 
Yo recomiendo poner una foto nuestra en ropa interior a mano, donde podamos verla todos los días. Estaría bien tener una motivación “perversa”, como sería nuestra foto en la que no nos gustamos y también vamos a tener una motivación “favorable”, que puede ser ese vestido que queremos ponernos, el bikini, una foto nuestra del pasado en la que sí nos gustamos. Algo que nos recuerde cada mañana por qué hacemos ésto.
 
Un día en el que tengamos tiempo (o podemos repartir la tarea en varios momentos), nos podemos dedicar a nuestro armario. Nos probaremos toda la ropa y la dividiremos en tres partes:
 
-    La que nos vale.
 
-    La que no nos vale, pero por poco.
 
-    La que definitivamente no nos vale.
 
Yo a la ropa que no me vale la llamo “la ropa prohibida”, así tengo pantalones prohibidos, camisas prohibidas y faldas prohibidísimas.
 
Vamos ordenando nuestra ropa según esa división, primero ponemos la ropa que nos vale. Quién sabe, a lo mejor hemos encontrado algo que no recordábamos que estaba ahí y nos hace un apaño.
 
Después ponemos la ropa que no nos vale, pero que la tenemos ahí cerca, lo primero para que nos sirva de motivación y segundo para que cuando nos vaya quedando bien la podamos usar. Y por último pondremos la ropa que no nos vale y que nos servirá de objetivo final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario