Ya se que odiamos pesarnos y medir nuestros contornos, pero es necesario. Lo que no se puede medir no se puede mejorar, y así podremos ver nuestros progresos.
Para ello necesitamos una cinta métrica de las blanditas (no vayáis a coger la de carpintero), bolígrafo y una libreta donde apuntar.
Yo apunto la fecha en la que me mido y me peso, y voy mirando los sitios que a mi me parecen más conflictivos. Aparte de los típicos pecho, cintura y caderas me mido el brazo por la parte más cerca a la axila. También me mido el muslo por la parte más ancha y la rodilla, porque tengo la obsesión de tener la rodilla super rolliza.
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